Para romper el aburrimiento vital y volver a disfrutar de actividades rutinarias, hay que hacer de otro modo las mismas cosas. El equipo de Robert Smith, de la Escuela de Negocios Fisher de la Universidad Estatal de Ohio, lo ha comprobado con formas diferentes de beber agua y ver vÃdeos y con las palomitas de maÃz. “Cuando comes palomitas de maÃz con palillos chinos, prestas más atención y estás más inmerso en la experiencia; es como comer palomitas por primera vezâ€. Ocurre algo parecido con esos restaurantes que sirven los platos en la oscuridad. “Puede que no haya nada especial en la oscuridad que nos haga disfrutar más de la comida, sino el mero hecho de que cenar en la oscuridad es inusualâ€. Sus experimentos se publican este mes en Personality and Social Psychology Bulletin.
En el de las palomitas se invitó a 68 personas a “ayudar a las personas a comer más despacioâ€. La mitad comieron 10 palomitas con las manos, de una en una. La otra mitad las comió con palillos chinos. Estos últimos declararon que habÃan disfrutado más que los primeros y les habÃan resultado más sabrosas. “Esto sugiere que los palillos estimulan el disfrute porque proporcionan una experiencia inusual, no porque sea una mejor forma de comer palomitasâ€, concluye Smith. El aburrimiento seguramente desaparece debido al incordio de tener que atrapar las palomitas con los palillos.
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